Viernes 22 de febrero de 2008.
Dejamos San Blas y había que volver a
Ciudad de Panamá. Esa noche de viernes decidimos quedarnos a dormir en Panamá
para luego el sábado salir para Bocas del Toro, situado en el norte del país
sobre el mar caribe cerca de la frontera con Costa Rica. Esa noche tenia ganas
de probar suerte así que me fui a un casino de la Vía España. Me llamo la
atención lo bajo que estaban las fichas en la ruleta. Primera vez que el
presupuesto me permite jugar dentro de un casino y no en ruletas electrónicas.
Tuve mucha mala suerte y no pegue una. Igualmente estuvo bueno. Me daban de
tomar y a lo ultimo me dieron una bandeja con una picadita.
El sábado nos la pasamos de
vuelta en el Albrook Mall. Compre unas cosas mas y luego de cenar a las nueve
nos tomamos un micro para Bocas.
Dormí como
nunca antes arriba de un micro. Cuando llegamos a Almirante nos tuvimos que
tomar un taxi hasta el muelle de donde salen las lanchas que nos llevaron hasta
la isla Colon a la ciudad de Bocas. Allí se nos planteo la duda. Quedarnos en
la ciudad de Bocas donde había movimiento y decían que había diversión nocturna
pero no había playas (solo algunas pero quedaban muy lejos, sino había que ir a
la isla Bastimento) o irnos a la isla Bastimento. No teníamos muchas
referencias de esta isla. Apenas bajamos de la lancha pudimos darnos cuenta
donde habíamos caído. Todos sus habitantes eran de raza negra. El idioma
oficial que sus habitantes hablan es un ingles rastafari ya que son todos
descendientes de inmigrantes de Jamaica y Barbados. Es un ingles totalmente
deformado el cual si no te lo hablan despacio no se entiende nada. La verdad
que no nos queríamos meter en cualquier alojamiento, por eso buscamos alguno
maso menos presentable por lo menos de afuera. Encontramos uno lindo en la
única calle, de tierra obvio, que hay en esta isla. Luego de lavar un poco de
ropa sucia nos hicimos el almuerzo y nos preparamos para conocer sus playas.
Para eso había que caminar cerca de veinte minutos por un sendero que te lleva
a otro sector de la isla.
Es difícil después de haber estado en San Blas quedarse impresionado con
alguna playa. Estas igualmente eran diferentes y se parecían a las de Tayrona.
Durante el camino de vuelta al hostel veníamos pensando cuando y a donde irnos.
Escrito por Matías Candel
[maticandel@hotmail.com]
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