viernes, 25 de noviembre de 2016

Relato 1: Como me Convertí en Mochilero

El mundo no está hecho para mochileros. Si fuera así tanto pobres como ricos podrían caminan por el mundo por igual sin fronteras, sin visas, sin reservas, sin rendir cuentas en controles migratorios y sin la necesidad de demostrarle cuentas bancarias o tarjetas de crédito.

Pero la justicia es otra palabra hecha de viento, y esperar por ella es seguir otorgando el “control” dejando que otros se hagan cargo.

Hay que aprender a vivir con lo que hay y cambiar lo que se puede. Hay que moverse esquivando problemas y abriendo un camino que nos lleve a ese maravilloso lugar donde las cosas son como queremos. A ese sitio imaginario donde nos sentimos conectados con personas similares, donde podemos apreciar nuestra existencia desde la cúspide de la vida.

Sabiendo esto y tomando el control, todos los miedos se verán opacados por el entusiasmo de conocer un mundo mejor para nosotros. Porque si hay algo que diferencia a los humanos de los animales y las máquinas, es su capacidad de creer, de soñar, de percibir más allá de los explicable.

Pensar en todo esto me hizo despertar y desde entonces tratar de despertar a los demás.

Ser un mochilero por el mundo es algo real, pero también una metáfora válida para cualquier persona, pues la vida hay que vivirla como mochilero: hay que llevar poco equipaje y vivir ligero, hay que amar al mundo y a la gente no a las cosas, hay que estar listo para improvisar, para resolver problemas, pero sobre todo hay que estar listo para abrir la mente y el corazon para finalmente encontrar nuestro verdadero sendero.



Nelson Mochilero

No hay comentarios:

Publicar un comentario