Miércoles 20 de febrero de 2008. Tuve el vuelo más corto de mi vida
Estaba muy feliz. Llegamos al aeropuerto Tocumen a eso de las nueve de
la noche. Íbamos a viajar en colectivo hasta el centro, pero como era lejos
arreglamos con un taxista que nos lleve. En el camino ya se podían ver las
inmensas torres y rascacielos que adornan la ciudad con sus luces. Me di cuenta
que llegué a la primer gran ciudad del viaje. El taxista resultó ser muy
macanudo y nos recomendó un hotel en un lindo y tranquilo barrio como Bella
Vista. Esa misma noche salimos a dar unas vueltas por la zona rosa, es decir,
la zona donde está la movida nocturna. Por momentos me sentía en otro lugar.
Podría ser en Beverly Hills, en algún barrio caro de San Francisco o en
cualquier otro lugar donde haya alto poder adquisitivo. Nunca me imaginé
encontrarme con los autos y camionetas que hay en Ciudad de Panama. Vehículos
que en mi vida vi, ahora los tenía delante de mis ojos circulando por las
calles. Me fui a dormir muy sorprendido.
El sábado por la mañana fuimos a conocer la ciudad vieja y el casco
histórico. Para llegar tuvimos que caminar bastante ya que decidimos ir por la
costanera y a pie. Recorrí toda esa parte de la ciudad y la encontré un poco
abandonada y sin nada que me llamé la atención. Luego queríamos ir a una zona
llamada Amador que nos habían dicho que tiene una linda amarra con barcos y que
para pasear y almorzar es hermoso. Entramos a las oficinas de la policía de
turismo a preguntar cómo llegar a ese lugar. Nos atendieron de una manera muy
gentil y nos ofrecieron llevarnos en un patrullero porque no querían que
pasemos por un barrio muy pobre que podía ser peligroso. Así que por primera
vez en mi vida me subí a un patrullero de la policía. Estuvimos charlando y se
ve que les caímos bien porque no solo nos llevaron hasta ahí, sino que
recorrimos toda esa zona arriba del patrullero.
Y por último nos llevaron al shopping más grande de la ciudad: Albrook.
Este mall es realmente enorme. Fuimos directo a comer al patio de comidas. El
resto del día lo pasamos haciendo shopping. Primero en Albrook y luego fuimos a
la zona del centro para seguir caminando y viendo que hay de interesante para
comprar. Llegamos al hotel destrozados. Fue sin duda el día que más caminamos.
Me fui a dormir luego de una cena a base de frutas y de dar una vuelta y entrar
a un par de lugares en la zona rosa.

Islas de San Blas, hogar de los indios Kuna, paraíso total, es el tema del próximo relato.
Escrito por Matías Candel [maticandel@hotmail.com]
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